Palacio

Los arquitectos

Juan de Toledo fue el encargado de iniciar las obras siguiendo el modelo del Alcázar de Toledo, es decir, una planta cuadrada con una torre en cada ángulo. El edificio se dividió en tres zonas verticales, con el patio de los Reyes en el centro, así llamado por las estatuas de los reyes de Judá que decoran su fachada.

Tras la muerte de Juan de Toledo en 1567, fue Juan de Herrera el encargado de continuar con las obras.

El edificio

La situación del Monasterio no fue una decisión en absoluto casual. Canteros, astrólogos, teólogos y arquitectos buscaron durante años el lugar más apropiado para su construcción.

El edificio, construido en granito de la sierra del Guadarrama, destaca por su desnudez decorativa, el rigor geométrico y el gusto por las relaciones matemáticas entre los elementos, adoptando forma de parrilla, instrumento utilizado para el martirio de San Lorenzo, con cuatro torres en los ángulos.

La decoración externa es un juego geométrico de pirámides y esferas dentro de la sobriedad más rigurosa, con cuatro torres de 55 metros en los ángulos, cubiertas por chapiteles de pizarra rematados por una gran bola de metal.

Para las necesidades del alojamiento y servicios de la Corte se construyeron las llamadas Casas de Oficios, Ministerios, Infantes, Reina y la Compaña, unidas entre sí mediante arcos. Todas estas construcciones se realizaron en granito y destacan por su sencillez.